Entre Proteger y Castigar

por Yamary Sánchez Manso

1927: Última persona ejecutada legalmente en Puerto Rico.

1929: La legislatura de Puerto Rico abolió la Pena de Muerte.

1952: Se prohíbe la pena de muerte en la Constitución.

Mientras más pasan los años, más nos percatamos que el Sistema de “Justicia y Seguridad” en Puerto Rico, es punitivo, violento, repleto de marionetas irresponsables que no tienen la capacidad para portar un arma, pero eso ya lo sabíamos ¿verdad? Desde donde yo lo veo, enmarcaría en cada cuartel de la Isla un cartel en los lockers de cada sargento, teniente, de toda la uniformada…

Porque aunque la última persona ejecutada “legalmente” fue en 1927, ayer a las 8 de la noche acribillaron a un menor de 16 años. Estaba desarmado.

Entonces entras a las redes sociales y el supuesto algoritmo te permite saber más de la vida de algún famoso que de esta situación. Pero cuando indagas, te das cuenta de que se repite lo mismo que en los demás casos en los que quienes suponen proteger, fracasan.

Nada o más o menos nada.

Y no es por amor al arte, porque si nos vamos raitrú, a la uniformada se le paga por esto, pagamos impuestos para que compren las armas con las que nos matan y cuando fracasan… cuando se acribilla a un menor de edad con más de 60 detonaciones, en una calle sin salida, varios policías armados… lo tratan como un asunto administrativo, como si de remplazar un aparato roto se tratara.

Pero no, porque no se trata del aparato roto… se trata de todo nuestro maldito sistema cayéndose a cantitos, como los casquillos de bala que marcan en el piso con números, como personificación de las estadísticas de toda la gente que muere en manos de la ley.

En Puerto Rico pareciese no haber pena de muerte, pero si nos gobiernan corruptos ¿qué podemos esperar de sus monigotes?

Monigotes con títulos universitarios pero con moral cuestionable. Porque aunque digan “ya vuelve con la cantaleta” Nos gobernó un asesino, pero miren el privilegio de cuello y corbata que le brindo una segunda oportunidad, o quizás se la compró.

¿Y a quién acribillaron?

¿Le conocen?

¿Saben quién es?

¿Saben su nombre?

JAVIER ANTONIO CORDERO NEVARES

 

Le asesinaron en una calle sin salida y “no fueron criminales”, le mataron asesinos en uniforme, escondidos detrás de un “Nivel 4”, escondidos detrás de chalecos de bala, detrás de patrullas, gente que posiblemente tiene adolescentes con la misma edad del cuerpo que dejaron tirado, esperando por forense.

Y en los comentarios en facebook, muchos toman el papel de juez diciendo “por bueno no fue”.

Pero los agentes no hicieron su trabajo, proteger no es sinónimo de castigar, pero ya vemos que la mano dura contra el crimen significa exterminio.

Díganme ¿Cómo se compra una segunda oportunidad en un país tan invivible como este? ¿Cómo se compra una segunda oportunidad si no te dejaron terminar la primera?

¿Cómo se compra una segunda oportunidad mientras escuchas el roce de las balas atravesando los cristales y la piel? ¿A quién se le pide y a quién se le llora?

Lo peor es, que si hubiese sido al revés, la culpa iba a seguir siendo del muchachito y la juventud que “no tiene futuro”.

Nos están matando y pa’ colmo nos están echando la culpa.