Federación de Estudiantes de Trabajo Social: Lucha Antirracista


por redacción revista étnica

Podemos estar en desacuerdo y aun así amarnos a menos que tu desacuerdo esté enraizado en mi opresión y negar mi humanidad y derecho a existir.
- James Baldwin

. . .

Federación de Estudiantes de Trabajo Social reafirma su compromiso con la lucha antirracista.


Reconociendo nuestra responsabilidad individual y colectiva con nuestra profesión, la Federación de Estudiantes de Trabajo Social reafirma su compromiso con la lucha antirracista en la calle y los salones de clase. Venimos de una tradición de Trabajo Social crítico que busca sacudir y derrumbar estructuras de opresión para construir los presentes dignos que merecemos todas las personas. ¡Esto incluye sacudir y derrumbar el racismo en todas sus manifestaciones! Nuestros prejuicios, falta de conocimiento y racismo afectan directamente a personas, ponen en riesgo su bienestar y seguridad. Las narrativas que construimos aterrizan en cuerpos, y los cuerpos en los que aterriza de manera negativa son precisamente los cuerpos de personas negras. Como estudiantes de Trabajo Social nos dirigimos hacia la erradicación del racismo antinegro que agrieta nuestras comunidades de manera desproporcionada, que desplaza de hogares, que criminaliza las maternidades negras, que hipervigila a la niñez y juventud negra, que violenta en los empleos, que obstaculiza la prestación de servicios y que desinforma en los salones de clase.

En este contexto, y anclándonos a los principios de nuestra profesión, se nos hace imperativo que los espacios de formación e intercambio de saberes partan de una perspectiva antirracista. No es casualidad que las poblaciones con las que más trabajamos son empobrecidas, vulnerabilizadas y NEGRAS. En nuestros procesos de aprendizaje prácticos, nos involucramos con comunidades y organizaciones que trabajan en primera línea con las repercusiones del racismo ambiental, el racismo laboral, el racismo del Estado y sus políticas hacia criminalización de la pobreza. Entonces, nos encontramos con grandes lagunas.

¿Queremos llevar a cabo un Trabajo Social crítico que rete y combata el racismo o nos dirigimos hacia un quehacer profesional que ignore los sistemas de opresión y solo se organice para asistir a nuestras poblaciones y sea agente reproductor de la violencia anti-negra del Estado?

En una investigación sobre las Competencias Antirracistas del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras realizada en el año 2021, se reveló que les estudiantes no sentían que tenían las herramientas para trabajar temas de raza desde el Trabajo Social. “Así como estudiantes negres reciben microagresiones en los salones de clase por parte del personal docente que no está preparado para trabajar estos temas, el mismo estudiantado está más propenso a reproducir las microagresiones en los espacios de práctica” (2021). Una de las recomendaciones de les investigadores fue que se le hiciera una revisión en su totalidad al currículo del Departamento de Trabajo Social para desarrollar uno que trabaje temas de racialización con perspectiva antirracista de manera transversal y que de la mano se adiestrara al personal docente para que no se reprodujeran dinámicas racistas en el salón de clases. Además, que en su proceso de evaluación de candidatas y candidatos a impartir clases, se considere su experiencia y conocimiento sobre raza y racismo en su práctica profesional.

Partiendo del reconocimiento del quehacer anclado en la práctica ética-político del Trabajo Social, entendemos que la docencia es una que debe realizarse en cumplimiento pleno del Código de Ética, principalmente porque comprende que la profesión interviene en los problemas sociales que son generados por las categorías de diferenciación (raza, género y clase) que construyen la desigualdad, la explotación y la violencia sistémica. Por tanto, se posiciona como una profesión política en tanto y en cuanto busca erradicar ese sistema que produce y reproduce dichas categorías que formulan las relaciones de poder.

Según el Canon 1 en su Artículo 1 establece que dentro de las responsabilidades de les profesionales de Trabajo Social será proteger y enaltecer la dignidad e integridad de la profesión. Entendemos que se menoscaba esa responsabilidad al descontextualizar la profesión del entendimiento y las acciones consecuentes a la erradicación de las lógicas patriarcales, heteronormativas, clasistas pero especialmente racistas – y esto incluye en la enseñanza de la profesión. Además, según el Artículo 2, ejercer la profesión, en sus distintos escenarios, requiere como responsabilidad la mantenerse al día con las calificaciones y acciones profesionales del escenario donde imparte la profesión. La responsabilidad de actuar profesionalmente el Trabajo Social requiere de que las acciones en el escenario vayan acorde con conocimientos no tan solo empíricos sino teóricos relevantes al Trabajo Social fundados precisamente a sus principios éticos-políticos. Así mismo, el principio 8 sobre las Calificaciones profesionales deja claro que les profesionales del Trabajo Social deben guiar su práctica específica en conocimientos teóricos, evitando inferencias e interpretaciones basadas en argumentos meramente especulativos y subjetivos. La práctica profesional requiere de un compromiso con los principios éticos-políticos y no con prejuicios basados en la producción y reproducción de violencia anti-negra. Por otro lado, el Principio de Justicia Social, Derechos Humanos y Equidad deja claro cuál debe ser el norte del quehacer profesional: las actuaciones de les profesionales del Trabajo Social estén orientadas a la promoción y la lucha para el logro de los principios.

Por último, según el Canon 6 en su Artículo 1, le profesional de Trabajo Social debe comprometerse a fortalecer a aquelles profesionales bajo su dirección a fortalecer sus conocimientos en la aplicación de conocimiento teórico – y pedagógico – en todo proceso de acción profesional. Como parte de su responsabilidad es estar "atentes a las situaciones que puedan constituir un riesgo de impericia o negligencia profesional dentro de su equipo de trabajo" (Código de Ética, 2017). Por ende, por lo expuesto anteriormente, una actuación docente y directiva que no vaya acorde con estos cánones y principios antes expuestos, sencillamente entra en conflicto con los principios contenidos en el Código de Ética Profesional.

Es por esto que nuestro título lo cargamos con mucho orgullo pero también con mucha responsabilidad a donde quiera que vamos, hablamos y escribimos. En tiempos de tanta violencia sistémica pero también interpersonal, del increíble alcance que tienen las redes sociales para educar y organizar pero también para desinformar e influenciar es importantísimo que midamos nuestras palabras, que recordemos que nuestro compromiso con la dignidad humana es uno que no tiene horario de entrada o salida. Llegan a nuestra atención opiniones publicadas por personal docente del Departamento que insinúan que existe tal cosa como el “racismo a la inversa” o que las violencias que se reciben por ser mujer son las mismas que se reciben por ser una persona racializada como negra. Las mal llamadas "minorías" o las poblaciones que han sido históricamente vulnerabilizadas no son homogéneas, mucho menos las violencias que enfrentan y sus historias de lucha no son las mismas. Esto es una invitación a no dejarlo solo en opresión, a nombrar, a reconocer que nuestras identidades (así sean unas disidentes o “minoritarias”) no nos eximen de ejercer violencia hacia nuestros mismos grupos u otros. Las opiniones desinformadas crean narrativas falsas: son violentas, darle foro también lo es.

Esperamos que esto sea una oportunidad para repensarnos y enraizar con los principios de nuestra profesión, que sea un llamado para hacer todo lo que esté en nuestro alcance para educarnos y aprovechar los recursos que tenemos a nuestro alrededor. Nuestra niñez y nuestra gente merecen un acompañamiento crítico, un acompañamiento antirracista.