Jasmine Camacho-Quinn. La primera.

 

Por Gloriann Sacha Antonetty Lebrón


“Cuento con el apoyo total y absoluto de mi árbol genealógico. Mis ancestros resguardan cada paso, bendicen cada palabra y sostienen cada creación…”


Voy repitiendo esta afirmación en mi cabeza mientras bajo las escaleras del estacionamiento del aeropuerto. Voy de prisa y me acompaña Nildy Chapman, fotoperiodista y asistente editorial de étnica. Vienen unos señores detrás de nosotras y uno de ellos dice: “Ella no es puertorriqueña na’ ”. Así hablan de Jasmine Camacho-Quinn, nuestra medallista olímpica. Así hablan de la primera mujer negra puertorriqueña en ganar una medalla de oro para Puerto Rico. La primera en un evento de atletismo. La segunda mujer en lograr una presea dorada para nuestra nación. 


Vamos de prisa, pues las notificaciones del celular nos anunciaron que Jasmine había aterrizado. Llegamos al mezzanine del terminal del aeropuerto. Saludamos a algunos colegas periodistas. Ya todas las cámaras, computadoras y libretas estaban listas en sus posiciones. Parte de la familia de Jasmine esperaba con nosotrxs en el espacio. 


Tan pronto Jasmine salió del terminal acompañada de su madre y su padre, nos abalanzamos sobre ella. Sus sobrinos salieron corriendo a los brazos de ella. Era extremadamente evidente el amor y el orgullo de lxs niñxs de la familia. El mezzanine se llenó de alegrías y calma. Al menos esas fueron las vibras que recibí de Jasmine. Se sentó como todo una Diosa en el medio de la tarima.

Al comienzo la moderadora le preguntó si extrañaba a su familia. Jasmine le agradeció a sus padres el apoyo mientras su madre, emocionada lloraba y su padre la miraba altivo, orgulloso. Yo ya llevaba mi pregunta lista en mi libretita. Ya la había repasado varias veces en mi cabeza. Estaba ansiosa por el intercambio con ella. Una vez, Zacha Acosta abrió el espacio para preguntas de la prensa. Antes de que terminara de decir: “levanten la mano”, ya la mía estaba levantada. Conecté miradas con Zacha y una vez me pasó el micrófono todo dejo de existir. Éramos solo, Jasmine y yo. Comencé bien segura y a pesar de que había planificado hacer la pregunta en español, me salió en inglés. 


“Sacha Antonetty de Revista étnica. Jasmine, thank you. You represent Puerto Rico, you represent black woman of Puerto Rico. What this mean to you? (la voz me tembló) And what this mean for black girls from all over the world? Sabemos que nadie esperaba que esta fuera la primera pregunta. De manera pausada me respondió: “Honestly, it mean a lot. Representation matters. I’m very grateful for it. Winning this medal, actually… I know it educate some people. Like, I know, everybody thinks that Puerto Ricans have to look in a certain way (se ríe) Also, I think it really shine light on black Puerto Ricans. And there were a couple of us there representing and I think it shine light on... “


Decido completar su respuesta: “...Afrolatinos we exist. We are here. Thank you Jasmine.” Y ella vuelve a responder con risas. 


Aprovechamos el momento de las fotos para entregarle un regalo con algunas de las revistas y stickers de étnica. Como sabíamos que iba a ser difícil entregárselas a ella le di las revistas a una de sus sobrinas. Justo cuando Jasmine se disponía a bajar de la tarima, regresé a la niña y le pedí la edición dedicada a la niñez y a la juventud. Fui directo a Jasmine y le dije: “Te tenemos un regalo”. Ella cogió la revista en las manos, la miró y le pregunté: “¿Te puedo tirar una foto con la revista?”. “Sure”, fue su respuesta. No les puedo explicar la felicidad de ese momento. Le tiro la foto y pienso: Representation Matters. 


Salimos del terminal detrás de ella y su familia. Nildy y yo nos confundimos con su familia. Los periodistas estaban en otro lado y ya en el camión de prensa. Jasmine se montó en unas guaguas con su familia. Escuchamos Bomba Puertorriqueña sonar bien cerca de nosotros. Como siempre, la Bomba nos llamó y allí estaban nuestras hermanas de las Barrileras del 8M, como siempre, representando y cantando:  


Jasmine tú eres un orgullo del pueblo y de tu nación/
Hoy cantamos tu victoria/ 
Con Puerto Rico en el corazón

 

Nildy y yo íbamos emocionadas de camino al carro. Pensaba en Abuelo Cheo, quien me contaba historias, cuando era niña de Angelita Lind, Rebekah Colberg, Ivonne Solla y otras mujeres atletas mientras yo transcribía sus narraciones a maquinilla para la sección de deportes de algún periodico local o para comentarlas en su programa radial deportivo. Le agradecí a Abuelo Cheo por enseñarme a amar el deporte, por el poder de las historias, por enseñarme a hacer radio, a escuchar atenta las historias que nos han negado en los salones de clase sobre las mujeres negras y tantxs otrxs deportistas negrxs. ¡Gracias Abuelo Cheo!


Gracias a todas las mujeres negras y atletas olímpicos negrxs que nos representaron. Sabemos que nos es fácil. Sabemos como el racismo, el discrimen, el machismo y otras fobias e “ismos” operan no solo dentro de cada frontera y nación, pero también en el olimpismo. Gracias Jasmine por rebasar cada valla con valentía, por tus dones, por tu mirada y tu risa que calma. 

 

Nos montamos en el carro. Cierro los ojos satisfecha. Llena de orgullo por las primeras. La primera negra, la primera pregunta, las primeras… Continuo con mi afirmación-mantra: 


Mis ancestrxs resguardan cada paso, bendicen cada palabra y sostienen cada creación. Yo tengo el poder de la creación en mis palabras, sentimientos, pensamientos y acciones...

 

Martes, 17 de agosto de 2021 en Carolina, Puerto Rico.

Fotos por Nildy Chapman