Sobre mi piel, ni mi cuerpa... tu no tienes voz, ni voto.

por Yamary Sánchez Manso

 

El pasado 28 de mayo, un centenar de organizaciones, que se traducen a cientos de manifestantes, marchamos por el aborto libre, seguro, accesible y transinclusivo.

Pese a que nuestras cuerpas absorbían el calor abrumador, no dejamos de consignar mientras fuimos desde la Corte Federal en Viejo San Juan, hasta el Capitolio de la Tropicolonia; porque no hay peor fatiga que la que cargan las cuerpas oprimidas.

De dos a seis de la tarde, caminamos, cantamos y performeamos en una Marea Verde de personas gestantes, aliades… e intrusos, escabulléndose entre nosotres; como si el carpeteo a estas alturas nos preocupara.

Nuestro escenario fue frente a las paredes de mármol casi color hospital, que hipócrita e irónicamente te dan la bienvenida con “El Derecho a la libertad y la dignidad por encima de todo”. - Luis Muñoz Rivera

¿Cuál derecho?

¿Cuál libertad?

¿Cuál dignidad?

¿Por encima de todo?

¿Por encima de quién?

Reconociendo que no hay mayor derecho, libertad y dignidad que la autonomía total de nuestras cuerpas. Porque para les anti-derechos, ser pro-vidas es condicionar a las personas gestantes a llevar consigo una responsabilidad que no puede o simplemente no quiere asumir.

 

 

Y me duele el país, porque cómo textos apócrifos, los tabúes culturales quieren borrar la necesidad de los abortos y la necesidad de separar los dogmas y doctrinas del estado, como sino se tratara de un asunto de Salud Pública.

Me duele el país, porque en estas marchas me faltaron más cuerpas negras, evidentemente negras exigiendo el derecho a parir o no parir. Porque el placer y la creencia pueden coexistir en una misma vasija. Porque no se trata de fuentes de agua fría o caliente o templada que un dios va a vomitar.

Como así lo afirmó y compuso Sheizel García Pérez de las Barrileras del 8M:

 

//Sobre mi piel tu no tienes, voz ni voto.

Mi cuerpo es mío y yo lo controlo//

 

“Estamos aquí una vez más con la bomba puertorriqueña, música de resistencia, de herencia africana, los espacios gestados por la bomba son espacios para la liberación, son espacios pal cimarronaje y para resistencia.” - Marién Torres


Repito, me duele el país porque me faltaron más cuerpas negras en un espacio donde las herramientas de lucha, es el arma y alma de nuestras ancestras obligadas a dejar sin comida a sus hijes negres para amamantar bebés incoloros. Me duele el país, porque a las cuerpas gestantes nos quieren pintar de asesinas, porque nos quieren obligar a parir mano de obra barata. No existen verdades absolutas, no estás asesinando un doctor, un premio nobel, no estás asesinando sueños escritos pa’ gente blanca.

Porque el aborto es un cambio de narrativa, al ritmo de un requinto… que repica los pasos pisados a voluntad. El aborto accesible es un cambio de narrativa al son de los pasos marcados en el batey que se resuelven en una falda verde, que parece personificar la marea.


Es callarle la boca a toda esa gente que se llama pro-vida, pero no adoptan. Se llaman pro-vida, pero no donan sangre. Se llaman pro-vida, pero el único acto de benevolencia es sacar el diezmo cada quincena.

Nosotres nos vestimos de verde y ustedes se visten de excusas.

Nosotres hacemos el trabajo desde cuerpas negras llevando el mensaje en lenguaje de señas.
Desde cuerpas trans, luchando por su derecho a o no gestar.
Desde las mujeres y femmes negras con afro que encuerpan la lucha, todos los días; porque diariamente quieren decidir sobre nuestras pieles, nuestros cabellos, nuestros placeres, nuestra sexualidad y nuestra vida.

 

 

Porque parir, no es solo cosa de centímetros y dilatación.

Parir es buscar comida en un país donde se nos atropella.
Parir es preocuparse todos los días, porque si la vida que viene llega con útero en algún momento podría convertirse en estadística.

Porque parir es la ansiedad de quien gesta suplicando porque su niñe vuelva a casa.

¿Pero parir?

Pa’ ustedes parir significa crear clones de sus concupiscencias. Porque dicen no al aborto, pero ay del niñe y las terapias de conversión, si su identidad es un castigo porque no era lo que esperaban o más bien lo que querían.

Hipócritas, ustedes y el sistema.

 

 

Si la responsabilidad siempre recae en quien paré, entonces la decisión solo debe estar ligada a ese vientre.

Y en respuesta a la pregunta que les carcome el ser.


¿Qué sería de nosotres si nos hubiesen abortado?
No lo sabemos, pero si les hubiesen abortado a ustedes… la respuesta sería utópica.



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